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¿Dios es el primero o es un número más en tu lista?

Chris Jiménez

Cuando tienes muchos afanes en el día, tienes que llevar a los niños a la escuela, trabajar, hacer la comida, limpiar la casa, entre otras cosas, te das cuenta de cuáles son las actividades que tienen prioridad en tu vida. Las personas que todavía están estudiando, necesitan tiempo para aprender el material de cada una de sus clases. Necesitamos sacar tiempo para nuestras familias, para visitar a los padres, pero se nos olvida lo principal… conectarnos con Dios. Esto es algo sumamente importante, ya que si Dios es solo un número más en tu lista de prioridades o el último número… tu vida espiritual menguará. Te preguntas “¿Pero por qué me pasan estas cosas?”, “¿Por qué fallé de nuevo?” “¿Por qué me estoy enojando rápidamente cuando alguien en el trabajo me habla con repugnancias?”, bueno, permíteme preguntarte, ¿Dios es el primero o es un número más en tu lista de prioridades?

Dios no te tiene en último plano. Desde el principio Dios pensó en ti, y te ha amado desde antes de que estuvieras en el vientre de tu madre. Dios ha sido bueno contigo, y te ha mostrado su misericordia cada mañana (Lamentaciones 3:22-23). Él espera de nosotros que le busquemos (Deuteronomio 4:29, Jeremías 29:13). Hagámoslo de todo corazón, porque Él ha sido más que bueno con nosotros y Él se merece honor y gloria.


1. Saca tiempo para la oración.

Las batallas grandes o pequeñas se ganan de rodillas. Dedica los primeros minutos de tu día para hablar con Dios, preséntale tu día.


2. Lee la Palabra de Dios y medita en lo que leíste.

Pregúntate qué es lo que Dios habló a tu vida mediante ese pasaje bíblico. Medita y reflexiona en lo que leíste, y cómo lo que aprendiste lo puedes reflejar en tu vida.


3. Adora a Dios.

Simplemente exáltalo, dile lo grande que es para ti. Cántale una alabanza de tu corazón. Sé que las alabanzas de la radio que las cantan en las iglesias son buenas, pero cántale una que sea con una letra creada por ti. Solo adórale, pues Él es Digno de toda adoración.


4. Predica a Cristo.

Esto es algo que me gusta mucho y es que la mayor parte del tiempo predicamos a Cristo con nuestros actos, más que con palabras. Las personas creerán que Cristo vive en ti cuando lo vean reflejado en tus actitudes, en tu forma de hablar y en la manera en que tratas a las demás personas. Esos detalles de tu persona hablan más que mil palabras. Si quieres predicar a Cristo, puedes decirle a alguien que estás orando por él/ella porque crees en un Dios que hace milagros, que restaura, liberta y bendice. Puedes decirle a alguien que Cristo le ama y que es el mejor amigo de todos. Hay muchas maneras de predicar a Cristo, sin tener que estar parada/o en un altar.


Vamos a hacer que Dios sea el primero en nuestra lista de prioridades. Cuando le damos el primado a Dios tendremos paz, ya que reconocemos que Dios es nuestro centro y que lo necesitamos para todos nuestros días. Busquemos a Dios en la mañana, hagamos el esfuerzo de levantarnos cinco minutos más temprano para irnos de rodillas delante de Dios en oración y presentémosle el día. Cinco minutos harán una gran diferencia. Dios se agrada de que le presentemos el día y le agradezcamos su misericordia, su amor, el nuevo día que nos regala y por guardarnos en la noche. Hagamos prioridad el buscar a Dios primero en nuestras vidas.

“Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.” Salmos 5:3 RVR60
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